lunes, 1 de abril de 2013

Colores para todo… El rojo



Desde que los primeros hombres comenzaron  a utilizar los colores como forma de magia para atraer, a través de sus poderes, a su tan preciada presa, los colores pasaron a tener un papel cada vez más importante y simbólico en todas las culturas del mundo...


La percepción de los colores nos impresiona. En algunas especies animales la presencia del color rojo instintivamente significa peligro. No es al azar que los colores pasteles como el verde y el azul se usan en los servicios médicos, se debe a la creencia que estos matices dan tranquilidad a los pacientes. Las mujeres usan el "rouge" en sus labios y el carmesí en sus cachetes porque a los hombres les atrae. Así, existen colores eróticos que nos generan pasión, que alegran, que nos inspiran temor o que nos animan o deprimen.

Aunque la humanidad desde sus primeros momentos tomó en cuenta a los colores, fue Goethe en su "Teoría del color", que por primera vez planteó que el color dependía de nuestra percepción, además de la materia y la luz, lo cual implica que cada persona puede ser influido de manera distinta ante su presencia.
El rojo es un color mágico en muchas culturas, representa la sangre, la esencia de la vida. Las hierbas eran amarradas con una cinta roja, y ésta era a su vez, amarrada al rededor de la cabeza para aliviar el dolor de jaqueca.  En Japón, a los niños con varicela los mantienen en una habitación totalmente roja,  vestidos con ropas rojas para acelerar el proceso de cura.  Los ingleses usaban telas rojas en el cuello para alejar los espíritus que causaban el resfrío. Es también una señal de odio y de energía.

Rojo es la primera palabra que representó un color. En varios idiomas el decir coloreado refiere al hecho de colorear pero también al color rojo; en español se utiliza la palabra colorado como alternativa a la denominación de este tono. En la escala de frecuencias de luz, el rojo se encuentra en la más baja que percibe el ojo humano. Nos guste o no nos guste, el rojo siempre ha llamado nuestra atención, ya que es el color de la sangre, algo que cuando la vemos, bien o mal, no podemos evitar ser afectados.
El rojo es un color de adultos. Aunque la creencia popular asocia al color rojo como gusto mayoritariamente de los niños, esto es totalmente erróneo. La razón por la que los niños, cuando se les pregunta cuál es su color favorito, mencionan el rojo es por la asociación que éste tiene con cosas como dulces, por ejemplo el ketchup, que no hace falta decir que son de entera atracción para los más pequeños; al momento de pintar o elegir un color, los chicos no eligen particularmente el rojo y colorean con este tono solamente lo que naturalmente tiene este color como base. El rojo es un color preferido más por los adultos.

Es el color de todas las pasiones. Rojo de la pasión, de la ira, de la timidez, este color está asociado a un sinfín de sentimientos, muchas veces opuestos. Esto sucede por la manera en que se construyen los símbolos a través del tiempo. En el caso del rojo, la sangre, ante algún cambio emocional brusco, sube a la cabeza y el rostro se ruboriza. Podemos enrojecernos por vergüenza, por cólera, por excitación…las razones son tan variadas pero todas conducen al mismo resultado.

Dependiendo del color con que se combina el rojo, éste puede representar una cualidad o su contraria; por ejemplo, el rojo con el rosa tiene un significado totalmente distinto al rojo con negro, confirmando una de las reglas básicas de los colores que dice que una tonalidad al ser mezclada con otra puede producir un efecto distinto, o así también al ser combinada con el negro produce el significado contrario. Ahora bien, ¿cómo un color puede representar tantos sentimientos a la vez? La explicación científica es que existen más sentimientos que colores, entonces tendemos a buscar asociaciones dentro de un sistema lógico en que mediante colores adicionales podemos enriquecer una sensación.

Por Vanessa González

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