Todos creemos o hemos creído alguna vez en
que los gatos negros traen desgracia, o en que romper un espejo traerá 7 años
de mala suerte, o que tal vez, un amuleto nos ayude a ganar algo o nos proteja.
Este tipo de creencias, sabemos todos, se denominan supersticiones. Pero ¿cual
es el origen de ellas?
Superstición es la creencia contraria a la
razón que atribuye una explicación mágica a la generación de los fenómenos,
procesos y sus relaciones. Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de
manera no común en el ser humano, pueden estar basadas en tradiciones
populares, normalmente relacionadas con el pensamiento mágico.
Las personas supersticiosas piensan que
ciertas acciones (voluntarias o no) tales como rezos, ensalmos, conjuros,
hechizos, maldiciones u otros rituales, influye de manera trascendental en su
vida.
El pensamiento mágico está presente, según
la Psicología, naturalmente en los niños. Es cuando le atribuyen vida o
personalidad a objetos, o cuando le atribuyen explicaciones fantásticas
(carentes de lógica) a los acontecimiento, y así funciona todo en perfecto
orden.
Son demasiadas las supersticiones que se
conocen y se manejan en el mundo, pero he aquí algunas de las más populares en
occidente;
1- Decir “Dios te bendiga”cuando
alguien estornuda, proviene de la creencia medieval de que cuando se
estornudaba se salía el alma por la boca, lo que provocaba una sensación
inmediata de escalofríos por todo el cuerpo.. Al decir Dios te bendiga, se
pedía que te devolviera el alma.
2- Espejo quebrado=7 años de mala
suerte. Antiguamente, se creía que el espejo reflejaba el alma de la
persona, por lo que si se rompía, parte del alma quedaría atrapado dentro de
el. La persona vagaría por el mundo sin
una parte de si.
3- Pasar debajo de una escalera. Se
remonta a la época medieval donde se realizaban ejecuciones en la horca. El
condenado subía por una escalera pequeña y cuando su cuello se encontraba
rodeado de ola soga, el verdugo pateaba la escalera para que su cuerpo
colgara...
4- Derramar
sal. Es una vieja superstición creer que derramar sal es un mal presagio.
Simbolizaba, desde la antigüedad, que mantenía los demonios y espíritus
alejados. Derramarla significaba que uno estaba desprotegido de los espíritus.
La creencia de que si dejamos caer sal tenemos que agarrarla y tirarla por
encima del hombro viene justamente de esto, al caerse estamos desprotegidos y
los espíritus se nos acercan por detrás, entonces al arrojar la sal por encima
del hombro logramos espantarlos.
5- El Número 13. Existen tres
versiones del origen de esta superstición; En la Última Cena, Judas habría
estado sentado en el decimotercer lugar
de la mesa; según una tradición vikinga, el dios embaucador Loki sería el
decimotercer dios y también en el zodiaco persa, donde hay doce signos dejando
el puesto número trece para representar el caos.
6- La herradura de la buena suerte. En
la Edad Media, cuando cundía al máximo el temor a la brujería, se creía que las
brujas se desplazaban montadas en escobas porque temían a los caballos y que
cualquier cosa que les recordara un caballo, especialmente su herradura de
hierro, las ahuyentaba como un crucifijo aterrorizaba a un vampiro.
Aunque provienen de mucho tiempo atrás, las supersticiones incluso hoy en día condicionan a muchas personas en su forma de actuar, haciendo que muchos no creyentes consideren a quienes creen en supersticiones en casos curiosos.
Por Vanessa Gonzalez.
Por Vanessa Gonzalez.
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