jueves, 23 de mayo de 2013

Corea, Socialismo Después de Stalin.



Corea del Norte es el último país del mundo que aún se rige por el stalinismo, una práctica de carácter totalitario y dictatorial que perduró desde 1922 hasta la muerte de su líder en 1953. Fue ese régimen, uno de los más sangrientos de la historia, asesinando y torturando a millones de personas. Aunque en sus inicios, logró una favorable estabilidad económica, gracias al gran control y a la centralización del Estado, en los años 1932- 1933 el totalitarismo los llevó a que se concretara la gran hambruna soviética, donde murieron miles de personas. 


El gobierno de Stalin convirtió a la Unión Soviética en una potencia nuclear, mientras que las armas nucleares en Corea del Norte se han convertido en un aspecto que exacerba a todos los países del mundo y a la Organización de Naciones Unidas. Durante todos estos años, los nor-coreanos se han dedicado a la creación de armamento nuclear, y han reciclado tanto plutonio, que alcanzaría para la creación de cientos de bombas con una capacidad de destruir el mundo en poco tiempo. El mayor temor es que, teniendo el gobierno el duro carácter que ha demostrado tener,  no tendrá miedo de usar estas armas en cuanto llegue la oportunidad.

En efecto, Corea del Norte mantiene las características centrales de la dictadura estalinista: culto a la personalidad del dictador; economía de propiedad pública y centralmente planificada.
Asimismo, se caracteriza por preferir la industria pesada sobre los bienes de consumo; militarización de la sociedad y excesivo gasto militar; niveles feroces de represión y violación de los derechos humanos, eliminación de todo resquicio de libertad.

La diferencia la constituye un ingrediente propio que jamás pasó por la cabeza del propio Stalin: en Corea del Norte la dictadura creó una dinastía que se inició con Kim-Il-Sun hasta llegar a su nieto Kim Jong-il.
Ese régimen totalitario tomó la decisión de convertir a un pequeño país, sin mayores recursos naturales ni desarrollo tecnológico, en una potencia militar.  Para este fin adoptó mecanismos similares a los utilizados por Stalin y Mao en décadas pasadas: mantener al pueblo en una situación miserable y crear, sobre sus espaldas, un gigantesco aparato militar.

En Corea del Norte se habló hace unos años de hambrunas extendidas, sin que estos acontecimientos impidieran que el régimen creara un aparato militar con sofisticados misiles y llegara a construir un arma nuclear.

Como suele ocurrir con los regímenes totalitarios, esta dictadura dinástica utilizó el chantaje a los gobiernos democráticos debido a que estos consideran la guerra como el peor de los males y buscarán evitarla. 

Como es sabido, este mecanismo de amenazas y chantajes fue utilizado por los regímenes fascistas en la década de 1930, logrando que las democracias cedieran buscando apaciguarlas.
Durante los últimos años, la dictadura de Corea del Norte ha presionado siempre y las democracias: Estados Unidos, Japón y sus aliados de la región, han buscado diversas formas de compensación a cambio del cese de sus actividades agresivas. Sin embargo, nadie sebe qué esperar de una actitud impredecible.

Por Vanessa González

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