Desde que los primeros hombres comenzaron a utilizar los colores como forma de magia
para atraer, a través de sus poderes, a su tan preciada presa, los colores
pasaron a tener un papel cada vez más importante y simbólico en todas las
culturas del mundo...
La
percepción de los colores nos impresiona. En algunas especies animales la
presencia del color rojo instintivamente significa peligro. No es al azar que
los colores pasteles como el verde y el azul se usan en los servicios médicos,
se debe a la creencia que estos matices dan tranquilidad a los pacientes. Las
mujeres usan el "rouge" en sus labios y el carmesí en sus cachetes
porque a los hombres les atrae. Así, existen colores eróticos que nos generan
pasión, que alegran, que nos inspiran temor o que nos animan o deprimen.
Aunque la humanidad desde sus primeros momentos tomó en
cuenta a los colores, fue Goethe en su "Teoría del color", que por
primera vez planteó que el color dependía de nuestra percepción, además de la
materia y la luz, lo cual implica que cada persona puede ser influido de manera
distinta ante su presencia.
El rojo es un
color mágico en muchas culturas, representa la sangre, la esencia de la vida.
Las hierbas eran amarradas con una cinta roja, y ésta era a su vez, amarrada al
rededor de la cabeza para aliviar el dolor de jaqueca. En Japón, a los niños con varicela los
mantienen en una habitación totalmente roja,
vestidos con ropas rojas para acelerar el proceso de cura. Los ingleses usaban telas rojas en el cuello
para alejar los espíritus que causaban el resfrío. Es también una señal de odio
y de energía.
Rojo es la primera palabra que representó
un color. En varios idiomas el decir coloreado refiere al hecho de colorear
pero también al color rojo; en español se utiliza la palabra colorado como
alternativa a la denominación de este tono. En la escala de frecuencias de luz,
el rojo se encuentra en la más baja que percibe el ojo humano. Nos guste o no
nos guste, el rojo siempre ha llamado nuestra atención, ya que es el color de
la sangre, algo que cuando la vemos, bien o mal, no podemos evitar ser
afectados.
El rojo es un color de adultos. Aunque la creencia popular
asocia al color rojo como gusto mayoritariamente de los niños, esto es
totalmente erróneo. La razón por la que los niños, cuando se les pregunta cuál
es su color favorito, mencionan el rojo es por la asociación que éste tiene con
cosas como dulces, por ejemplo el ketchup, que no hace falta decir que son de
entera atracción para los más pequeños; al momento de pintar o elegir un color,
los chicos no eligen particularmente el rojo y colorean con este tono solamente
lo que naturalmente tiene este color como base. El rojo es un color preferido
más por los adultos.
Es el color de todas las pasiones. Rojo de la pasión, de la ira,
de la timidez, este color está asociado a un sinfín de sentimientos, muchas
veces opuestos. Esto sucede por la manera en que se construyen los símbolos a
través del tiempo. En el caso del rojo, la sangre, ante algún cambio emocional brusco,
sube a la cabeza y el rostro se ruboriza. Podemos enrojecernos por vergüenza,
por cólera, por excitación…las razones son tan variadas pero todas conducen al
mismo resultado.
Dependiendo del color con que se combina el rojo, éste
puede representar una cualidad o su contraria; por ejemplo, el rojo con el rosa
tiene un significado totalmente distinto al rojo con negro, confirmando una de
las reglas básicas de los colores que dice que una tonalidad al ser mezclada
con otra puede producir un efecto distinto, o así también al ser combinada con
el negro produce el significado contrario. Ahora bien, ¿cómo un color puede
representar tantos sentimientos a la vez? La explicación científica es que
existen más sentimientos que colores, entonces tendemos a buscar asociaciones
dentro de un sistema lógico en que mediante colores adicionales podemos
enriquecer una sensación.
Por Vanessa González
Por Vanessa González
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