Harlem Shake, el furor del verano, pero, ¿qué es
realmente? A comienzos de Febrero de este año, se ha vuelto masiva la aparición
de videos en You Tube, con este baile. Se trata de una pista que inicia con la
frase “con los terroristas” y le sigue un sonido electrónico.
En el video aparecen cuatro personas, donde una de
ellas, con el rostro cubierto, realiza movimientos robóticos, mientras que el
resto, lo ignora completamente. Luego de segundos, se escucha una voz diciendo
“do the Harlem Shake” y de la nada, la habitación se encuentra llena de
personas realizando movimientos eufóricos y sin coordinación alguna.
Ahora bien, ¿qué ocurre en You Tube? Pues es el
epicentro donde se concentra y se expande este fenómeno, así como un virus,
llegando a todas partes del mundo, puesto que se han subido más de 40 mil
videos, donde participan cientos de personas, ofreciendo su propia versión del
Harlem Shake.
Una cuestión importante en torno a todo esto, es
que aparentemente grabar una versión del Harlem Shake con los amigos, se ha
vuelto competencia. Tanto es así, que en los últimos videos subidos a You Tube,
el número de participantes en el baile eufórico son cientos. Los escenarios son
variados, van desde un dormitorio, una oficina de trabajo, un salón de clase,
hasta el patio de una universidad. Muchos afirman que es mejor que “El baile
del Caballo” puesto que es “más fácil” y no requiere tanta concentración.
El baile desenfrenado y sin coordinación alguna,
ha alcanzado tal popularidad, que las autoridades de EE.UU. han puesto su ojo
sobre el. Recientemente, se ha filmado una versión que tiene por escenario un
avión en pleno vuelo. Esto, ha desatado una investigación por parte de la Administración
Federal de Aviación sobre el caso.
Un gran número de estudiantes de la Universidad de
Colorado participó del mismo, según se dice, sin pedir permiso al resto de los
usuarios del servicio, y sin tener en cuenta que el avión podría encontrarse en
pleno aterrizaje o despegue, lo que podría causar varias acusaciones.
Por Vanessa González
Por Vanessa González
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